hotel oriental

.Las habitaciones de este hotel serán ocupadas por algunos fetiches, obsesiones e impresiones del mundo asiático.

7.29.2008

ciertos apuntes de una adicta al amor

addicted to love
editorial para la revista W (Korea)
agosto 2005
photographer I park ji hyuk (i)
jono lee (ii)
lee gun ho (iii)
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part 1
'the absence'
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part 2
'after the love'

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part 3
'happy together'

7.24.2008

lonely & ligthness

model I drielly oliveira
photographer I osamu yokonami
editorial para la revista japonesa so-en
junio 2007





7.21.2008

tokyo

Cualquier puede disfrutar de Japón, pero Tokio no es una ciudad para el turista común. A este lugar hay que ir con otros ojos. Tokio es extraña, divertida e imponente... por definirla de alguna manera. En fin, a lo que quiero llegar, a Tokio hay que ir a hacer muchas frikeadas y disfrutar de otras tantas.
Algo así ha hecho Jessica Jones, quien tiene poco de haber regresado de Tokio y nos cuenta en unas crónicas muy interesantes algunas de las extravagancias del viaje.
En cuanto a mí, de llegar a ir, en mi lista hay dos cosas obligatorias: 1. ir a uno de estos hoteles tubo y 2. montarme en algún dekotora.
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models I franziska drude
yusuke fukuchi
photographer I robert wyatt
tokyo rose
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fuente I foto decadent

7.15.2008

#1

Lai Yiu-fai: Turns out that lonely people are all the same.

movie I happy together
director I wong kar-wai

7.13.2008

good jung woo sung

Ahora es el turno del bueno quien posa para la recién salida edición julio 2008 de Vogue Korea. Si a Lee Byung Hun lo veiamos como el ángel negro ahora tenemos a Jung Woo-Sung con un look de "niño bueno con lentes de pasta". Definitivamente mi chico favorito. Razones sobran...
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model I jung woo sung
a very good man
editorial para vogue corea
julio 2008
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fuente I soompi forums

hidden

model I ai tominaga
photographer I zoren gold & minori
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fuente I asian models

dream girl: shu qi

A este blog le faltaba algo de Shu Qi. Ella junto a Maggie Cheung son, para mí, dos de las mujeres más hermosas y talentosas que existen. Vamos que si me dieran a escoger un cuerpo, una manera de ser y una carrera para mi próxima vida definitivamente sería Shu Qi...
Entiendo perfectamente que sea la musa de Hou Hsiao-Hsien.
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model I shu qi
photographer I lachlan bailey
dream girl
editorial para vogue china
junio 2008
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fuente I vogue model

7.07.2008

dos visiones de my blueberry nights

'My Blueberry Nights', también 'El color de la noche' en español, es la última película hasta el momento de Wong Kar-wai, pero la primera lejos de casa. La metrópoli hongkonesa es sustituida por la ciudad Nueva York ... y Jude Law aparece en el lugar del enigmático Tony Leung.
Muchas reacciones encontradas con esta película. Pero la verdad que a mí no me interesa las opiniones de críticos reconocidos o de los que han visto un par de películas de Wong Kar-Wai. Me parece más interesante mostrar las percepciones de aquellos que están obsesionados con el universo de este director, por lo que he colocado las visiones de dos personajes que me consta hasta ahora que son profundos admiradores del cine WKW - claro no sé si más que yo, pero sigo investigando-.
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Juniper girl

(-) my blueberry nights

Alvaro G. Loyza

Un cineasta de la talla de Wong Kar-Wai no pasa desapercibido, sus trabajos han creado un legado que lo coloca hoy entre los directores más reputados del mundo entero, cada nueva obra crea una expectativa entre críticos, espectadores y fans repartidos por todo el orbe, desde la aparición y difusión de “In the Mood for Love” el nombre de Wong Kar-Wai fue calando paulatinamente en las mentes de los amantes del buen cine, justificando esa fama en los que desconociendo su pasado hicieron retrospectiva y descubrieron a un genio en estado puro, no ha un cineasta afortunado que había creado una joya sin contexto, sino a un autor magnífico que finalmente había creado la joya que le permitiera hacer que toda su obra anterior fuera justamente reconocida más allá de los círculos de críticos y expertos en cine de autor.
Obviamente, este florecimiento provocó grandes ansiedades en torno a que era lo próximo que produciría el brillante director hongkonés. El 2004 llegó “2046”, una obra que seguía la estela, la temática, la estética y al personaje de la loada “In the Mood for Love”. A muchos les fascinó la recurrencia de Wong (entre los cuales me encuentro), entendiendo que una etapa de su filmografía o un círculo de su narrativa esa congraciada y culminada con esa joya, para otros pese a su inmaculada hechura fue una realización redundante que no colmaba las expectativas puestas en él.
Lo que causó esta disyuntiva en torno a “2046” fue el postergar tácitamente el debate hasta ver a donde se dirigiría el tren creativo de Wong, que fue a dirigirse hacía “My Blueberry Nights” , película estrenada en Cannes del 2007.
Un año después de ese evento me tocó la satisfacción de enfrentarme a tal filme, habiendo tratado, desde su premier, alejarme de las repercusiones que se dieran en torno a la película para mantener mis juicios y mis expectativas intactas y no manipuladas. Lo único que pareció impregnar mi percepción sobre la cinta, era que ésta no había creado gran revuelo en los círculos cinéfilos.
Mis impresiones desde los primeros fotogramas me remitían hacía el pretérito fílmico del director; el manejo de los colores, la cadencia de los paneos, la búsqueda de intrincar las imágenes con los sonidos, personajes heridos y con cicatrices abiertas por tiempo, todo se remontaba a las maneras y temáticas patentadas del cine de Wong, lo cual no podía sino el regocijarme como espectador y como fan del cineasta.
Con el transcurrir del metraje mi entusiasmo fue disminuyendo, no así la belleza de las imágenes, pero si la recurrencia de los motivos clásicos de Wong, en un entorno ajeno y poco desentrañado, con unos personajes sin enjundia e incapaces de causar empatía (quitando quizás a Jude Law, quien encarna al personaje más envolvente de la película), personajes tibios en circunstancias conocidas, en parajes desconocidos, una mezcla de Wong con sus más confusas influencias de Godard y Wenders, dictadas a una musa (Norah Jones) que no transmite ni el pathos, ni la hierática expresividad de los héroes y heroínas del hongkonés.
Todo este desconcierto finalmente deriva en algo que jamás había sido un rasgo de la filmografía de Wong Kar-Wai, un final predecible y hasta un tanto empalagoso, como me imagino que será comerse entera una tarta de arándanos. El resultado de “My Blueberry Nights” nos otorga un “Chunking Express” sin vértigo, como si fuera un espejo insulso, distorsionado y extrapolado de ésta, con personajes impávidos que juegan a ser interesantes sin serlo y sin extrañar al magnífico Chris Doyle, ya que Darius Khondji cumple a la perfección tras la cámara; lo que si se extraña es ese entrañable bar llamado California con un Tony Leung, detrás de la vidriera, impaciente y descorazonado, esperando a la inefable Faye Wong, que quien sabe cuando se dignará en aparecer.

(+) my blueberry night

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Ezequiel Villarino
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1. Por allí (no importa el lugar o los lugares, no interesa en este momento) puede leerse que Wong Kar Wai se repite y se parodia. Nada más exacto que lo primero: un autor tiende a reiterarse. Sin embargo, nada más lejano que lo segundo: My Blueberry Nights no es una parodia de otras obras del director sino una continuación de sus obsesiones y un especie de camino iniciático, emprendido a partir de la ausencia de Doyle (ahora reemplazado por Khondji con muy buenos resultados).

2. Por más que los detractores intenten buscar marcas de agotamiento, Wong Kar Wai sigue siendo Wong Kar Wai: el mismo artista de siempre, el refinado esteta que opta por acortar distancias al momento de entregarnos los sentimientos más profundos entre personajes. Esas maneras (o formas) del sentir son únicas: nadie sabe amar como Wong Kar Wai y su cine. Tampoco, nadie, sabe tejer vínculos tan profundos entre los espectadores y aquello que sucede en pantalla: partiendo de la voz en off; siguiendo por los monólogos internos; registrando mediante planos detalle los rasgos más curiosos y atractivos de cualquier objeto (en My Blueberry Nights la crema y los pasteles desaparecen en labios hermosos y dormidos); recurriendo a la música extradiegética que marca el tiempo y acompaña los movimientos de cámara (travellings y paneos se funden en el ritmo hipnótico del soul y el blues, guiados por la voz de Norah Jones); hasta llegar al ralenti y a su efecto sobre el tiempo de la imagen (el tiempo es importante, demasiado importante como para extender este párrafo a niveles desproporcionados).

3. Unamos, ahora, la temporalidad con las imágenes: esa conexión, indudablemente, nos hace comparar. Homologar lo que "es" (My Blueberry Nights) con lo que "fue" (In the mood for love, 2046, Chung King Express y otras). Y aquello que "es", no es un film que se asemeje, exclusivamente, a esa película protagonizada por Tony Leung Chiu Wai y Maggie Cheung sino un interesante cruce estético.

4. Wong Kar Wai, luego de ese incio que centra su continuidad en un montaje demasiado visible y, lógicamente, poco calmo (curiosidad: William Chang, en esos minutos, parece haber adquirido otro ritmo en lo que respecta al corte y la sucesión de planos) vuelve a narrar de la manera en que había narrado en tantas otras oportunidades: con una cámara móvil que se desplaza en lugares imposibles y capta objetos, colores y personajes (como ocurría en Chung King Express, Fallen Angels o Happy Together); pero también con una cámara contemplativa e inmóvil (como en In the mood for love, 2046 o The hand). Si bien no existe la posición desequilibrada de la cámara y la pasión por el gran angular y la profunidad de campo de Fallen Angels, o la vertiginosa esencia de Chung King Express (recordarán los cambios de velocidad y el seguimiento a los personajes en el inicio de su tercer largo), el director opta por travellings sutiles que describen el espacio en donde los personajes interactúan (los espacios y el tiempo son siempre trascendentes en el cine de Wong).

5. Puede pensarse a My Blueberry Nights como un ejercicio algo solemne. Y digo "algo" porque existe, dentro del film, la voluntad de sortear el desengaño y el dolor mediante la descontracturante irrupción del humor de ciertos diálogos y acciones (algunas implican una conexión cósmica, como el ataque que reciben al mismo tiempo, pero en lugares distintos, Jeremy y Elizabeth) y la complicidad de hacernos sentir cercanos en los momentos más apasionantes de la historia (aquel momento del beso robado, por ejemplo).

6. De acuerdo, dije solemnidad (que en el campo de la crítica es una especie de mala palabra); pero esos pasajes conflictivos siempre se resuelven en miradas y silencios, a esta altura virtudes sobresalientes captadas en primeros planos, planos detalle, ralentis y otros rasgos personales. Y una de las características más importantes del cine de Wong es esa especie de "valor hipnótico" que proporcionan las imágenes, la música, los sonidos y las palabras. Todo esto conforma una esencia inagotable. Esencia que varía mínimamente de film a film pero que se mantiene intacta a lo largo del tiempo. Pedirle que cambie es un pecado; ya que sería negar toda posibilidad de soñar despierto.

7. Para finalizar diré que esto es sólo una introducción. Un prólogo que asegura continuar en otro texto. Tal vez sea la escritura de un enamorado que ve más virtudes que defectos en esas noches (y días) con sabor a dulzura. Tal vez sea un intento de atesorar en palabras, y para siempre, esta road movie repleta de sensaciones. Entonces, ¿cómo describir mediante palabras todo aquello que me produjo My Blueberry Nights? Tarea difícil, claro está. Pero como dice la voz de Elizabeth cerca del cierre: "No fue tan difícil cruzar esa calle después de todo... Todo depende de quién espera por ti del otro lado". Y del otro lado está el cine de Wong Kar Wai. El cine de ese director que en My Blueberry Nights nos dice que un beso puede ser tan dulce como una torta. Tan dulce como el verdadero amor, sin ir más lejos. Amor que no necesita demasiadas palabras, sino miradas y entendimiento mutuo.
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Prestado de Tôjô-Jin

7.05.2008

perfidia en cuatro versiones

"Te he buscado dondequiera que yo voy,
y no te puedo hallar,
para qué quiero otros besos
si tus labios no me quieren ya besar"


artist I indios tabajaras
days of being wild


artist I xavier cugat
days of being wild


artist I xavier cugat
2046


artist I nat king cole


update GBW

Está es sin duda una de las películas asiáticas más esperadas. Y parafraseando un poco a Tok, como los asiáticos saben como mantener un star system, vienen muchos sets de fotos y videos increíbles en camino. Estoy casi segura.
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models I jung woo sung
lee byung hun
song kang ho
premiere movie magazine
editorial "the good, the bad, the weird"
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fuente I soompi forums

7.02.2008

real 2046

Una de las historias que más adoro, que puedo ver mil y dos veces, es la del tren 'futurístico' que viaja hacia 2046. Cual ha sido mi sorpresa al ver estas fotos, e inmediatamente pensar "2046 existe en alguna parte del planeta". El lugar es Bed Supperclub y queda Bangkok, Tailandia. Definitivamente otra razón más para pasar por ese país en mi futuro viaje a Asia... y talvez encontrar a un hermoso androide de efecto retartado.
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fuente I flickr

7.01.2008

hanbok

Hoy en día, la mayoría reconoce un kimono (Japón) e incluso un qipao (China), pero poco se conoce del traje tradicional coreano femenino. Sinceramente, si tuviera que escoger alguno de los tres me quedaría con el hanbok.
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photographer I gun ho lee
editorial para vogue korea
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